Los fondos culturales del municipio de Polanco desde hace solo unos días con tres auténticas joyas, que refuerzan la vinculación del escritor José María de Pereda con el municipio. Tres joyas que han regresado ‘a su origen’ gracias a la donación de Juan Carlos Rodríguez González, polanquino de nacimiento pero residente en tierras gallegas.
Se trata de tres facsímil de las primeras ediciones de los libros «El sabor de la tierruca», Sotileza» y «Escenas montañesas» impresos entre 1864 y 1891, cuyo rescate es fruto de varios años de buceo en internet y de la constancia de este polanquino amante de su tierra y de sus tradiciones.
Esta historia comenzó hace varios años como consecuencia del interés por conocer cosas relacionadas con su tierra de Juan Carlos, algo que, casi sin querer, que le llevó a emprender una labor detectivesca en Internet por encontrar algún rastro de las obras de Pereda.
Buscando información logró encontrar unos facsímil de tres de las obras más importantes de Pereda en Málaga, Valencia y Tarragona, en manos de libreros especializados en ediciones antiguas. Nada más localizar estos tres libros inició una labor detectivesca cotejando esas ediciones con el catálogo existente en la Biblioteca Virtual Miguel de Cevantes, a fin de certificar la autenticidad de los mismos antes de proceder a su compra, algo que quedó acreditado con la documentación disponible.
En contra de lo que pudiera parecer, el coste económico de las compras resultó ser modesto: «El sabor de la tierruca» lo adquirió por 11 euros y «Sotileza», un poquito más caro, por 30. Modesta inversión para hacerse con tres joyas para el archivo cultural del municipio.
Tras recibir los libros, pudo comprobar que se trataba de cuidadas ediciones pero que, por el paso del tiempo, en algunos casos presentaban pequeños desperfectos debido a la humedad, aunque no restaban mérito alguno al valor cultural y sentimental de los mismos.
Además, se da la circunstancia de la calidad de la edición de «El sabor de la tierruca» viene acompañada por una portada de una altísma calidad, al tratarse de una escena costumbrista repujada. Además, el valor del libro «Sotileza» viene también acompañado de una agradable sorpresa, ya que no existe ningún ejemplar de estas características en los fondos de la biblioteca municipal.
Tras recibir los tres ejemplares, Juan Carlos tuvo claro que debían estar en Polanco «para disfrute del pueblo» como él mismo reconoce. «Me pregunté -afirma- dónde mejor podían estar para todos los admirasen. Y la respuesta, sin dudarlo, fue que en mi pueblo». E inmeditamente inició los trámites para la donación al Ayuntamiento.
Ya en Polanco, se encargó a un artesano la labor de restauración de los ejemplares, trabajo encomendado a Giuliano Camilleri, licenciado en conservación de libros y documentos en la Escuela Europea de Restauro del Libro di Spoleto, que en su taller de Art Papel, ha trabajado intensamente durante varias semanas sobre estos tres libros hasta conseguir su perfecta restauración.
Los trámites de donación han culminado esta pasada semana con la recepción de los libros en un sencillo acto en la biblioteca que lleva el nombre del escritor de Polanco por parte de Juan Carlos Rodríguez, la alcaldesa, Rosa Díaz Fernández, y de la concejala de Cultura, Alicia Martínez Bustillo.
La alcaldesa ha avanzado que la intención del Ayuntamiento es exponer estos libros en unas vitrinas especiales que se instalarán en la Casa de Cultura, para disfrute de todos los palanquinos, junto a una serie de láminas realizadas por el restaurador que recogen algunas de las escenas de los ejemplares.
Según Rosa Díaz Fernández, se pretende que estas tres joyas de la cultura del municipio sean presentados para su público conocimiento dentro de los actos previstos en el congreso internacional sobre Pereda que se está organizando para el mes de septiembre.
Lejos de parar, Juan Carlos sigue investigando sobre el rastro de más obras de Pereda, ya que su deseo es contribuir a incrementar los fondos bibliográficos sobre el escritor de Polanco con los que cuente el municipio, además de satisfacer su curiosidad sobre la vida y obra de este polanquino universal.
