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José María de Pereda (Polanco, 1833 – Santander, 1906)

José María de Pereda (Polanco, 1833 – Santander, 1906)

Escritor realista y costumbrista español nacido en Polanco (Cantabria). Tras pasar su primera niñez en un ambiente rural, en 1843 se trasladó con su familia a vivir en Santander, donde estudió bachillerato. En 1852 fue a Madrid con la idea de ingresar en la academia de artillería, pero su fascinación por la vida literaria hizo que abandonara definitivamente la carrera militar y se instalara en Santander (1855).

En 1858 comenzó sus colaboraciones períodísticas en «La abeja montañesa» y «El tío Cayetano», y en 1864 reunió algunos de sus artículos en el libro «Escenas montañesas», que no tuvo buena acogida. En 1868 fue diputado carlista en las Cortes. Publicó un segundo tomo de artículos, que tampoco alcanzó ningún éxito («Tipos y paisajes», 1871), pero siguió escribiendo y aparecieron dos nuevos volúmenes de cuadros de costumbres («Bocetos al temple», 1876, y «Tipos trashumantes», 1877). El costumbrismo de su obra se caracteriza por su punto de vista crítico, tendente a desmitificar aspectos de la vida campesina y marinera de su región natal. En sus primeras novelas tiene una importante incidencia su ideología católica: «El buey suelto» (1878), defensa del matrimonio, «Don Gonzalo González de la Gonzalera» (1879), contra el liberalismo, y «De tal palo, tal astilla» (1879), réplica en el tema religioso a la «Gloria» de Galdós. Su primera novela de verdadero alcance es «El sabor de la tierruca» (1882), que exalta los valores tradicionales de su tierra santanderina. Después de «Pedro Sánchez» (1883) llegó otra de sus novelas más importantes, «Sotileza» (1885), donde representa el ambiente de los pescadores recreando el Santander marítimo y montañés. Siguieron «La Montálvez» (1888), «La puchera» (1889) y «Peñas arriba» (1896).

A su ingreso en la Real Academia Española en 1896, pronunció un discurso sobre la novela regional, al que respondió Benito Pérez Galdós.

Su estilo costumbrista, en la línea de autores como Antonio de Trueba, Fernán Caballero y Mesonero Romanos, revela su proximidad con el romanticismo y un peculiar naturalismo que Emilia Pardo Bazán definió como perediano. La obra de Pereda, más allá de parecer el fruto de un talante conservador, tiene una fuerte carga ideológica y está escrita con un vigoroso realismo, que lo convierten en el mejor representante del regionalismo costumbrista español del siglo XIX.

Carta manuscrita, propiedad del Ayuntamiento de Polanco, por D. José María de Pereda al Consistorio de Polanco solicitando una superficie de tierra para construir un panteón en el cementerio municipal para él y su familia.

Transcripción:

AL AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL DE POLANCO

    El que suscribe, de esta vecindad, casado, mayor de edad, propietario, con cédula nº 123 que exhibe a V. S., con la debida consideración EXPONE:

    Que deseando construir en el cementerio de este pueblo un panteón para él y su familia, y teniendo en cuenta la escasa capacidad de aquel sagrado recinto, para no causar perjuicio alguno a los derechos y buen servicio del vecindario en él, solicita a V. S. la concesión del terreno necesario, aproximadamente un carro de tierra, al este del camposanto y lindando inmediatamento con él, en la inteligencia de que, una vez terminados los trabajos, se cercará el panteón de manera que éste quede dentro del cementerio, siendo todas estas obras de cuenta del exponente que también, como es justo, está dispuesto a satisfacer el valor que se asigne al terreno solicitado.

    Teniendo esto presente y asimismo que esta parcela de sierra calva por el lugar que ocupa no puede destinarse a uso ninguno público y que él actual cementerio lejos de perjudicarse en ningún sentido con las obras mencionadas ganaría en espacio y en embellecimiento a V. S. suplica se sirva concederle el terreno que se solicita con los fines expuestos.

    Dios Guarde a V. S. muchos años.

    Polanco, 5 de enero de 1981.

    Fdo.: José María de Pereda.

Al dorso de ella aparece un informe del Ayuntamiento en estos términos: Enero 10 de 1891. Como se solicita, se cede cuanto pretende el exponente y al efecto, comprendido en el acto del día, del o cual se expedirá competente testimonio.