La artista cántabra Mar Pajarón (Santander, 1976) suma un nuevo proyecto de arte urbano a su amplia trayectoria con seis murales realizados en el colegio Pérez Galdós, de Requejada, en los que realiza un icónico viaje al pasado a través de los cuentos tradicionales desde una perspectiva inédita y vanguardista.
Se trata de seis pequeñas historias agrupadas bajo el título
”Cambiemos el cuento”, que fusionan pinturas realizadas los muros del centro con poesías de la propia autora para que también la palabra escrita recuerde al clásico arte en estos micro-cuentos.
En la nueva intervención, la artista escenifica un cuento, narrando visualmente una versión acorde a los tiempos modernos, donde Blancanieves y Caperucita han sido transformados por el arte mural de Mar Pajarón en símbolos de una tradición capaz de reinterpretarse.
Mar Pajarón explica que se trata de una obra artística imaginativa, rompedora e ilustrativa, que incita a la reflexión en un escenario especialmente idóneo para ello como es la escuela. Seis murales como lecciones visuales para repensar el mundo desde el exterior del CEIP de Requejada.
También resalta que los murales son un reclamo a la reflexión sobre algunos aspectos del cuento de Caperucita, respondiendo algunos de ellos a preguntas como ¿Y si el lobo tuviera un alma humana?, ¿Y si Blancanieves no se hubiese comido la manzana?¿Y si le hubiera despertado su gato “Lectura” en vez de un príncipe azul?
La alcaldesa de Polanco, Rosa Díaz, y la concejal de Cultura, Alicia Martínez Bustillo, han inaugurado los nuevos murales junto a la artista, quien también es la autora del mural «Las musas de Benito Pérez Galdós», de unos 40 metros cuadrados, que desde hace unos meses decora otro patio recreando la figura del escritor canario que da nombre al centro y su realidad imaginaria.
En él, se ve al poeta asomado desde una ventana del pasado, melancólico y con su mirada pérdida en el infinito, rodeado de constelaciones y mariposas que revolotean alrededor de sus manos, como hilos invisibles tejiendo el misterio de la inspiración.
La obra juega con una gama de colores fríos azulados como evocación del nebuloso infinito donde la artista sitúa el mundo creativo de Galdós, mientras que en los laterales del mural, dos grandes musas flanquean al escritor y protegen sus palabras.